Carlos Gershenson
9051
Modernidad: La
Ética de una Edad sin Certezas
Franco Crespi
En este texto, Crespi expone
las características de la época llamada posmoderna.
La sociedad humana llega a esta etapa después de haber
pensado que todo era comprensible, que el hombre no tenía
límites. Podría decirse que disfrutaba de la reciente
"muerte de Dios", la cual lo dejaba como señor
del mundo. Podríamos decir que fue cuando el hombre
se dio cuenta de que ni siquiera era dueño de sí
mismo, que comenzó la etapa que describe Crespi. La describe
a partir de los próximos cuatro aspectos:
- El reconocimiento de
los límites del saber. Se da cuando la lógica
y las ciencias formales, encuentran en sí
mismas que su formalidad no abarca todo lo percibible (las ciencias
no formales nunca intentaron explicarlo todo, y podríamos
decir que desde ciertos puntos de vista tienen una visión
más completa de lo percibible). Ludwig Wittgenstein,
al hablar del lenguaje y su internpretactión como el problema
de la filosofía y Kurt Gödel, con su teorema de la
incompletitud, marcan este aspecto de la posmodernidad más
notoriamente. El teorema de la incompletitud de Gödel muestra
que los intentos de Russel y Whitehead por tener unas matemáticas
limpias, basadas en la lógica formal, son un
fracaso, ya que Gödel representa los axiomas de la teoría
de números con números, haciendo del sistema formal
de Russel una paradoja. El teorema no sólo muestra esto,
sino algo bastante obvio: que todo sistema formal basado en axiomas,
no podrá demostrar sus propios axiomas. Por lo tanto,
todo sistema formal es incompleto. No hay un sistema formal
que pueda abarcarlo todo, porque el todo no tiene principio,
y un sistema formal requiere de un principio.
- Esto nos lleva al aspecto de
la ausencia de fundamento. Esto es, que no sólo
no se han encontrado fundamentos absolutos que expliquen el mundo,
sino que se demostró que no hay tal fundamento (o por
lo menos es infinito (como decir que EL principio del círculo
es TODO el círculo)). Obviamente hay fundamentos personales.
Basándonos en Schopenhauer, la voluntad sería este
fundamento. Los axiomas de la mente individual serían
las creencias, pero uno primero necesita querer
creer en ellos. Y es hasta después, que uno puede razonar
(las razones serían los teoremas), basándose en
sus creencias.
- La desaparición
del telos. Así como se acepta que no hay un principio
absoluto, se acepta que no hay un fin predestinado. No hay principio
ni fin, no hay verdades absolutas finitas. Esto produce que los
medios cobren una mayor inportancia que los fines.
En mi experiencia personal, la gente ha perdido la necesidad
de un fin. De una explicación para su existencia. El objetivo
es cómo vivir, no para qué vivir.
Antes del modernismo, podríamos decir que la mayoría
aceptaba su predestinación dada por la religión.
Mucha gente que necesita una explicación para su vida,
la encuentra en la religión. La religión les vende
(¿a cambio de su alma?) un objetivo para su vida. Sólo
unos pocos lo crean.
- La inconciliabilidad
de la situación existencial y social se da al
no haber ni principios ni fines absolutos. Se podría decir
también que no hay una respuesta social al sentido de
la existencia.
Estos cuatro aspectos podrían
verse como uno solo, o como uno siendo causa del siguiente.
Aunque de los últimos
años, podríamos decir que estos aspectos se han
complicado aún más, dada la diversidad de explicaciones
que se le pueden dar al mundo. Una cosa para mí incomprensible,
es que a pesar de que se puede ver fácilmente que no hay
verdades absolutas, en ciertos sectores ha aumentado el fanatismo
y la intolerancia. Si yo no puedo demostrar que mi mundo es válido,
¿cómo puedo suponer que mundos de otras personas
no lo son?
Crespi plantea que después
de la posmodernidad hay dos posibilidades: el retorno a los modelos
totalitarios, o una nueva modalidad de desarrollo en relación
con la experiencia. No estoy de acuerdo con la primera. Se necesitaría
un pánico retrograda para deshechar la evolución
del hombre. Y creo que la segunda no se puede alcanzar totalmente.
Parece que la humanidad no podrá deshacerse completamente
(por lo menos a corto-mediano plazo) de las características
posmodernas. Crespi dice que esta elección no es un acto
de voluntad, sino de aceptación. Por lo visto tenemos distintos
conceptos de voluntad, ya que para mí, para aceptar algo,
uno necesita tener la voluntad de aceptarlo, para después
aceptarlo.
Es bastante lógico lo
que dice Crespi: que la dirección que tome el hombre dependerá
de su experiencia (religiosa, moral, estética y política).
Yo no me limitaría a ciertos tipos de experiencia. Pero
es que no hay otra cosa que haga cambiar al hombre. El hombre
se cambia a sí mismo a través y por
su experiencia.
A final de cuentas, ¿hay
un problema en la posmodernidad?