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Mi Ética



Carlos Gershenson

Facultad de Filosofía y Letras

UNAM

cggunam.mx

febrero-marzo, 2001.



Resumen



En el presente trabajo presentamos nuestras ideas acerca de la Ética, desde un contexto conscientemente relativista e incompleto. Comenzamos analizando el objetivo de la Ética, para después desarrollar nuestras ideas acerca de la relatividad y la incompletitud, y cómo se relacionan con la Ética. Analizamos también la dinámica de los valores y los contextos en los que se encuentran. Proponemos una aceptación de los límites de la razón para poder superarlos. Sugerimos a la tolerancia como medida ética y liberadora, y analizamos el balance que tenemos que hacer entre individualidad y socialidad.



Índice



Introducción 2

¿Para qué una Ética? 2

Relatividad e Incompletitud 2

Valores relativos 4

Contextos dinámicos 6

Más allá de la razón 7

Tolerancia 8

Individualidad y Socialidad 9

Conclusiones 9

Agradecimientos 9

Referencias 10







Introducción



Tengo el atrevimiento de presentar, en vez de un resumen o una crítica a las ideas acerca de la Ética de algún filosofo, respetado y admirado durante generaciones, y muerto y reciclado durante eras, mis propias ideas acerca de la Ética. Sé que necesito tener una mayor experiencia para poder describir más adecuadamente mis ideas, pero si no empiezo por hacerlo de una forma como esta, nunca podré avanzar otro paso. No pretendo de ninguna manera que la gente adopte mis ideas, o que mis ideas agraden a la gente. Esto es más bien un ejercicio personal para situar y consolidar mis propias ideas en su lugar. Las razones de esto se explican en el texto.

En fin, a continuación se presentan ideas acerca de la Ética vista desde un contexto actual, donde las verdades son relativas e incompletas, y las lógicas consistentes han sido superadas.



¿Para qué una Ética?



¿Para qué sirve la Ética? ¿Para qué la necesitamos? Bueno, bueno, empecemos primero dando una noción de el objeto de la Ética. La Ética, a grandes rasgos, trata los valores, preferencias, juicios y voluntades de una sociedad. Establece acuerdos, para determinar qué es admisible o inadmisible en una sociedad. Entonces, podemos contestar a la pregunta: la Ética sirve para tratar de establecer una convivencia social adecuada para sus individuos. Además, la Ética no es tanto que se necesite, sino que así es.

Esto se oye muy bonito y muy simple, pero surgen grandes dificultades al respecto...

¿Qué es lo bueno para la sociedad, cuando los individuos que la conforman no son homogéneos? Las sociedades humanas, al ser heterogéneas, quién o quiénes decidirán y juzgarán lo admisible e inadmisible? ¡Pero es que somos finitos, relativos e incompletos!



Relatividad e Incompletitud



Somos relativos en el sentido de que cada quién tiene un contexto distinto, basado en axiomas o creencias distintas, formado por experiencias distintas, en culturas distintas, y lógicas distintas. Somos incompletos porque somos finitos. Y también a la manera de Gödel (1931): somos incompletos porque no podemos probar nuestras creencias (axiomas) a partir de nuestra razón y/o experiencia.

Vivimos en un mundo, que sea infinito o no, para nosotros se comporta como infinito (porque no hay límites (y si no hay límites, ¿dónde está el centro?) y por la complejidad y fractalidad del mismo). Por más amplia que sea la conciencia de un hombre, esta jamás llegará a ser absoluta (aunque le duela a Hegel). Podemos verlo como que las conciencias humanas abarcan regiones del mundo, pero nunca todo (esto es imposible matemáticamente, si A es subconjunto del universo, a no puede contener al universo) Y tampoco podemos estar seguros si hemos comprendido completamente algo. Las conciencias se sobrelapan en algunos aspectos, y en otros no. La Figura 1 muestra una representación gráfica de estas ideas. Supongamos que cada elipse es una conciencia. Las hay más grandes, más pequeñas, unas contienen a otras, otras ni siquiera se tocan, y ninguna contiene al resto, y mucho menos al todo. Pero por ahí hay un área que casi todas comparten, la cual es el terreno, de fronteras difusas, de la socialidad.

Entonces, ¿cómo es que hombres de conciencia incompleta pretenden hacer una Ética válida universalmente? Bueno, como esto es inalcanzable, busquemos Éticas relativas. ¿Pero sirve de algo? ¿Para qué usar una Ética si de todos modos va a ser incompleta? ¡Ah!, el chiste es tratar de hacerla cada vez menos incompleta. Mientras nuestros contextos se amplían, la Ética se amplia con ellos por consecuencia. Nunca habrá una Ética acabada, pero esta irá moldeando a la sociedad mientras la sociedad la irá moldeando a ella. La Ética que planteamos aquí por supuesto que también es incompleta, pero al estar consciente de su finitud tiene una ventaja sobre las que creen abarcarlo todo y tener verdades absolutas. Nuestra Ética también será superada por una menos incompleta, pero al preveer su obsolescencia, se hace menos incompleta en comparación a las precedentes, y al ser en sí misma contradictoria (cuando sea obsoleta seguirá siendo válida, porque predice su obsolescencia), nunca perderá su equivalencia de verdad (Gershenson, 1998; Gershenson, 1999).

Hay un problema parecido con la razón. Si es incompleta, no puede comprender todo lo que percibimos.

¿Entonces es posible darles un valor a las cosas? Sí, pero sólo de forma relativa.



Valores relativos



Distintas culturas, distintos gropos sociales, distintas familias, y distintos individuos tienen distintos valores en distintos tiempos. ¿Cómo es posible pretender hacer una tabla de valores absoluta (1)? ¿Qué determina lo que está bien y lo que está mal, cuando, como mostró brillantemente Nietzsche, el bien y el mal son relativos? Mas aún, ¿qué le importa a una amiba o a un cometa la grandeza de una escultura de Michelangelo, una pintura de Renoir, o una sinfonía de Beethoven? ¡Los valores no están en las cosas! Nosotros les damos valores a las cosas, sus valores están en nosotros. Y nosotros, al ser relativos, hacemos los valores relativos. ¿A la evolución qué le importa una vida? ¿Al orden cósmico qué le importa un asesinato o un adulterio? Los valores son por y para nosotros.

Al ser el bien y el mal relativos, no hay hombres mejores o peores absolutamente. Si A es mejor a B, con respecto a f, B será mejor que A en misma medida con respecto a f -1. Y no hay forma de determinar qué es mejor absolutamente, si f o f -1 (además de para cada f hay una infinidad de inversos, depende de un inverso con respecto a qué). Los valores sólo pueden determinarse en un contexto. Y este contexto será relativo. Y debido a las creencias colectivas, no es posible afirmar que lo que opine la mayoría es lo que se debe de hacer (2).

¿Cómo resolver estas contradicciones? Pues utilicemos una lógica paraconsistente (Priest y Tanaka, 1996), donde se permitan las contradicciones, y se puedan comprender. ¿Que algo tiene que ser verdadero o falso? Eso es un axioma, y por lo tanto, un prejuicio, suplantable por otro prejuicio: contengamos las contradicciones. Esto es, habrá varios valores relativos, los cuales se pueden contradecir incluso unos a otros. Creo que la única restricción que podríamos poner, ya que al parecer la mayoría de nuestros contextos la aceptan, porque es la única forma de asegurar una convivencia social, es que uno, al hacer lo que se le antoje, no afecte a los demás. Pero si a un joven le agrada bañarse desnudo en las fuentes públicas (o bien púbicas...), a una señora de alta prosapia y alcurnia le podría molestar. Y si le agrada, tal vez sí le moleste al marido... En fin, es muy difícil decir y establecer una frontera en qué es lo que afecta a gente con distintos contextos y qué no. Mientras más sociales sean las personas, parece ser que son más afectadas por esto. Es decir, un antropófilo puede preocuparse por un niño de la calle, cuando el niño de la calle tiene sus propios valores y no se preocupa en absoluto de muchas cosas que el antropófilo trata de "resolver" (¡no estoy justificando su condición, es sólo un ejemplo!).

Si la Ética ha dado de qué escribir por tantos siglos, obviamente no se puede pretender decirle a la gente: miren, hagan esto, y todo se va a "arreglar". ¿Arreglar? ¿Hacia dónde o hacia qué? Muy poca gente sabe hacia dónde quiere ir en la vida. ¿Hay un rumbo a dónde ir como humanidad? Pareciera ser que sí, pero al parecer este rumbo es inconsciente, obscuro y desconocido. Dada la complejidad de nuestro mundo siempre habrá algo por hacer y qué bueno, porque si "llegáramos" finalmente a algún lado, no habría una razón por la cual seguir viviendo. Lo importante en el desarrollo de un hombre y de la humanidad no es el destino, ya que el único lugar a dónde se llega es a la muerte. Lo que importa es el camino.

Es decir, no pretendemos decirle a la gente cómo resolver sus problemas, porque siempre va a haber más. Sólo trataremos de describir lo que percibimos, para poder comprender el proceso ético. Y una vez que uno sabe las reglas del juego, puede cambiarlas...

Regresando un poco, ¿qué es lo que determina un valor? Las sociedades mismas los establecen. Si un individuo se comporta y se aparece como un miembro de la sociedad, es éticamente admitido en ella. Si no, es rechazado. Depende del individuo a qué sociedad quiere pertenecer o no lo que determinará sus valores relativos. Para que la sociedad pueda tener miembros, lo que éstos hacen le permite sobrevivir. Esto es, las acciones sociales, incluyendo a las éticas, de los individuos necesariamente llevan a la supervivencia de la sociedad. Por lo tanto, las acciones éticas admisibles serán las que le permiten al grupo social contener con su medio. No es que los siete pecados capitales sean malos. A una sociedad pequeña, digamos un pueblito en los Alpes suizos en el siglo XIII, no le conviene que uno de sus miembros tenga avaricia, porque afecta la supervivencia de los demás miembros de la comunidad. Es por esto que su acción es rechazada y condenada. Por lo mismo, el asesinato es condenado en casi todas las sociedades. Nos referimos al asesinato de un miembro de la sociedad, ya que el de un individuo ajeno no afecta a la supervivencia de la sociedad, y en algunos casos la estimula. Por lo tanto, matar a otro hombre en algunas sociedades es aceptado y admirado (oh, ¡qué valor!), cuando el asesinado se considera enemigo. Aquí vemos claramente que la aceptación o rechazo de una conducta no es la conducta en sí, sino en el contexto en el que se utiliza. El acto sexual se acepta y motiva cuando asegura la reproducción de los miembros de la sociedad y la unión familiar. Es rechazado en algunos círculos cuando no produce un fruto, o bien afecta a terceros. El hacer dinero egoístamente es muy bien visto en sociedades capitalistas, pero no así en socialistas. Vemos que lo que importa no son los actos, sino cómo afectan los actos a la sociedad. Depende del contexto en el que se realice el acto: sexo, robo, confianza, violencia, avaricia, eficiencia, inteligencia, individualismo, etc., que este acto es aceptado o rechazado.

Es entonces que vemos que la gente, al juzgar los actos de manera absolutista, crean conflictos éticos. Es decir, si a mí y a mi sociedad no nos afecta lo que hagan otros, no nos importará. Pero es cuando nos afecta (aunque sea a nuestra sensibilidad) que nos importa, y tomamos medidas al respecto.

¿Pero qué? Somos distintos y tiene que haber conflictos. La tolerancia es lo único que podemos predicar, pero sólo para aminorar conflictos. Predicar la desaparición de conflictos es predicar otra utopía. ¿Por qué? Porque, aunque hayamos dicho que lo que importa es el camino, no implica que no haya fines. Pero estos fines son cambiantes.



Contextos dinámicos



Una sociedad, al adaptarse a su medio, cambia su medio. Por lo tanto, el atractor de la evolución de la sociedad será un atractor dinámico. Es decir, al aproximarse a un fin, el fin es alterado por las perturbaciones provocadas por el camino recorrido. Esto implica un malabarismo para intentar llegar a un equilibrio siempre cambiante, pero esto es lo que asegura el cambio, la evolución, y la vida.

Esto implica que los valores cambian al cambiar las sociedades su forma de adaptarse a su medio. Los valores no sólo son relativos en el espacio, sino también en el tiempo. Habrá valores que tal vez sean requeridos en todos los contextos previos para la supervivencia de una sociedad, pero esto no asegura que siempre será así.

Finalmente, cuando no haya humanidad, o bien ninguna cultura inteligente, todo lo que ha sido preciado dejará de tener valor. Las cosas no tienen valor por sí mismas. Tiene que haber individuos para darles valor. "Joven huérfana en el cementerio", de Delacroix, es algo sólo cuando hay alguien para admirarse de ella. Por sí sola sólo son capas de aceite pigmentada sobre tela... El honor y el heroísmo de Aquiles serán admirados sólo hasta que haya quién se admire de ellos. Los versos de Pushkin tendrán valor sólo mientras haya quién pueda conmoverse con ellos. Etc.

Que no haya algo permanente (hasta el cambio cambia su forma de cambiar...) es otra razón más para disfrutar y valorar sólo los procesos, no los fines (que finalmente sólo son etapas de procesos).

Por lo mismo no podemos decir ninguna verdad absoluta. Pero entonces, si no es posible comprender completamente nada, ni basar a la razón en bases firmes, la razón sirve de algo? ¡Por supuesto que sí! Pero tiene que darse cuenta de sus límites, para que podamos ir más allá de ellos...



Más allá de la razón



Si la razón no puede comprenderlo todo, esto para nada implica que no sirva de nada. Al contrario, es por ella que podemos comprender algo.

Pero la razón sólo podrá superarse a sí misma si primero identifica sus límites. Argumentamos que la razón es capaz de comprender cualquier fenómeno del universo, pero no hay forma de probar si esto será en un tiempo finito (tal como Turing (1936) prueba la incompletitud de las matemáticas al no poder computar si un teorema es probable o no en un tiempo finito). Pero como en la práctica nos interesan los tiempos finitos, la razón también será finita, y por lo tanto, tendrá limites.

¿Qué hacer si queremos resolver un problema que está fuera de los límites de la razón, como en las sociedades muchas veces ocurre (debido a su complejidad, incomputabilidad y/o complicación)? Que el problema esté fuera de los límites de la razón, no implica que no pueda ser resuelto. Es cierto que no con las herramientas actuales de la razón, la cual podría crecer para comprender el problema y resolverlo, pero esto no siempre es factible. Tenemos otras herramientas, las cuales permitieron a la razón emerger a través de la evolución de la humanidad, tales como el instinto, la intuición y la imaginación. No son infalibles, pero la razón tampoco lo es. Lo único que queremos decir, es que si un problema está fuera de la razón, ésta lo debe de aceptar, pero esto no implica que el problema no tenga solución. Hay otras formas de aproximarse y abordar el problema, que aunque no sean científicamente aceptadas, son las únicas que nos quedan a esas alturas. El estar experimentando un problema, sea contenido por la razón o no, nos propone el reto de resolver el problema. No importa si sabemos cómo resolver el problema, pero probablemente si no lo resolvemos no subsistamos para no poder seguir resolviendo los problemas que se nos presentan. No hay que alarmarse... estamos aquí porque hemos podido resolver todos los problemas que se nos han presentado con anterioridad, siendo conscientes o no de ello, pero claro que esto no asegura que seamos capaces de resolver todos los problemas que se nos presenten.

¿Entonces debemos aceptar los valores casi casi por tradición? Al parecer cada quién debe de seguir lo que mejor le acomode, tratando de tener tolerancia con los demás.



Tolerancia



¿Para qué ser tolerantes? Bueno, un individuo intolerante se ve afectado por las acciones ajenas. Esto es, es dependiente de las acciones de los demás individuos para poder desenvolverse. En cambio, un individuo tolerante, no depende de las acciones de los demás, por lo que podemos decir que tiene un grado mayor de libertad.

Es posible que en ciertos contextos la tolerancia afecte la supervivencia de la sociedad. Por ejemplo, una sociedad no puede ser tolerante, si otra se dispone a exterminarla, y sobrevivir. Pero si la tolerancia se hace conjunta, no habrá motivos por los cuales no ser tolerantes, y los individuos alcanzarán un grado mayor de libertad. Y también no hay que confundir la tolerancia con el desinterés. Si bien el desinterés podría no afectar la supervivencia de una sociedad, es muy difícil que la estimule.

Aunque a veces lo mejor para la sociedad no es lo mejor para el individuo, y vice versa...



Individualidad y Socialidad



A final de cuentas estamos malabareando entre la vida social y la individual. Una sociedad con individuos homogéneos (sin individualidad) (e.g. un hormiguero), funciona de una forma más óptima que sociedades heterogéneas como las nuestras. Y tampoco podemos vivir fuera de una sociedad, como algunas bacterias que sólo necesitan alimentarse para dividirse. Necesitamos estar en una sociedad, pero nuestra complejidad acarrea siempre conflictos entre individuos y sociedades. ¿Pero por qué habría que evitarlos? Los conflictos siempre se darán, es decir, las situaciones contradictorias. Lo que podemos, y creo que debemos hacer, es cambiar la forma en la que enfrentamos los conflictos. Los problemas siempre estarán ahí. Es cuestión de ver cómo se solucionan los problemas de la forma más óptima posible, Esto es lo que la Ética debe de buscar. No pretender ilusamente acabar con los conflictos humanos, porque sería inhumano. Es decir, el conflicto es parte de la naturaleza humana, y de todas las sociedades en general. El objetivo de la Ética debe de ser el tratar de solucionar, abordar, y comprender los conflictos de la forma en la que se puedan solucionar afectando a los individuos de distintas sociedades lo menos posible. Por supuesto esto no es nada fácil, si no, ya no habría guerras.



Conclusiones



Podríamos aventurar que la Ética es un reflejo de las normas que nos han permitido sobrevivir como sociedad a través de la evolución. Para tratar de seguir sobreviviendo, debemos seguir estas normas, pero también debemos cambiarlas cuando así sea necesario.

No hay que preocuparse, ya que hay mucho que hacer, pero no hay que conformarse, ya que hay mucho que hacer.



Agradecimientos



Quisiera agradecer a Nadya Bazlova por las interesantes y fructíferas conversaciones acerca del tema.



Referencias



Gershenson, C. (1998) Lógica multidimensional: un modelo de lógica paraconsistente. XI Congreso Nacional ANIEI, pp. 132-141. Xalapa, México.

Gershenson, C. (1999). Modelling Emotions with Multidimensional Logic. Proceedings of the 18th International Conference of the North American Fuzzy Information Processing Society (NAFIPS '99), pp. 42-46. New York City, NY.

Gödel, Kurt (1931). "Über formal unentscheidbare Sätze der Principia Mathematica und verwandter Systeme, I." Monatshefte für Mathematik und Physik, vol. XXXVIII, pp. 173-198.

Priest, G. y Tanaka, K. (1996). "Paraconsistent Logic", Stanford Encyclopedia of Philosophy.

Turing, A. M. (1936-7). On Computable Numbers, with an Application to the Entscheidungsproblem. Proc. London Math. Soc. (2), 42, pp. 230-265.

NOTA: Las referencias del autor pueden encontrarse en https://bingweb.binghamton.edu/%7Ecgershensong/unamjlagunez, junto con otros recursos relacionados.


1. Un valor puede cumplirse para todo contexto humano, pero al ser este un contexto finito en un mundo en la práctica infinito (no sólo hacia afuera, sino hacia dentro y hacia todos lados: infinito e incomputable), será relativo en relación con el todo (puede ser absoluto dentro de cierto contexto, pero al estar confinado a este contexto se hace relativo).

2. Y como diría Marvin Minsky, la mayoría siempre suele estar equivocada...


Amor por la razón

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